onsdag, juni 15, 2005

Ejecutivos...

Sé que no estoy solo en mi odio hacia los "ejecutivos". Ese ejército de adoradores del dinero, uniformados con su elegante traje y corbata cuya vida gira alrededor de los "negocios". Los encuentro repulsivos en todo su ser. Incluso el hecho de que la expresión "Almuerzo Ejecutivo" o incluso "Plato Ejecutivo" haya sustituído a "Plato del día" en muchos restaurantes me causa cierta incomodidad.

La palabra "corporativo" y sus variaciones, junto con toda la jerga "business" manejada por tan "ocupados" e "importantes" personajes... Asco! Me ha tocado en varias ocasiones tener que escuchar en el tren sus balbuceos sobre marketing, productividad, efectividad, posicionamiento, finanzas, etc. Por supuesto, todo recitado con su caraterístico tono arrogante.

A los ejecutivos es a quienes hay que agradecer el hecho de que tengamos tantísimas porquerías inútiles a nuestra disponibilidad, como las 67 "diferentes" pastas dentales en el supermercado, del montón de entretenimiento irrelevante (música, películas, programas de TV), del correo basura, del telemarketing, de los irritantes "pop-up ads", de las perpetuas ofertas en las tiendas y de buena parte de la contaminación visual en las ciudades.