lördag, september 23, 2006

Era de esperarse

Benedicto XVI cita al emperador cristiano del siglo XIV Manuel II Paleólogo: "Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba".

Es una cita histórica, sin embargo es una cita que calza perfectamente con la forma de reaccionar de varios grupos musulmanes particularmente fundamentalistas. Mientras Irán acusa a los EEUU y a Israel de estar tras las palabras del papa, la rama iraquí de Al-Qaeda reacciona de manera amenazante, que no hace más que darle la razón al discurso papal. “Vamos a destruir la cruz, solamente podrán escoger entre el islam o la muerte”. El mensaje por supuesto no sólo va dirigido hacia cristianos, sino también hacia los “infieles y los tiranos”.

Se les acusa a los musulmanes de violentos, y su reacción está llena precisamente de violencia. ¿No es acaso irónico? ¿Por qué no protestar mencionando que el islam es una religión de paz? ¿No se supone que la paz es uno de los principales principios de dicha religión?

No es una reacción nueva, ni mucho menos inesperada. De hecho parece más bien una reacción predecible. Ya había sucedido anteriormente a principios de 2006 tras la publicación de las controversiales caricaturas de Mahoma en el diario danés Jyllands Posten. Dichas caricaturas hacían alusión a la violencia en nombre del islam, particularmente la caricatura donde Mahoma lleva un tubante-bomba a punto de estallar. Si bien es cierto la publicación de dichos dibujos no fue nada ingenua, sino más bien provocativa, la reacción por parte de muchos grupos musulmanes fue precisamente consecuente con la crítica, reflejada en la posterior quema de embajadas y otras representaciones diplomáticas danesas y noruegas en Siria y Líbano.

No cabe duda que muchos musulmanes no radicales han protestado de una manera no violenta, manifestando su desacuerdo. Esa es una reacción comprensible y aceptable, digna de la más sincera disculpa. Sin embargo todo eso se ve opacado por las malas semillas del fundamentalismo.

Si con acciones no demuestran que la asociación entre islam y violencia es totalmente errónea, pues será cada vez más difícil poder confiar en las comunidades musulmanas en Europa y el resto de las sociedades occidentales, máxime cuando varios miembros de dichas comunidades en exilio se dedican a la creación y entrenamiento de grupos fundamentalistas que simplemente quieren imponer su fanatismo en una tierra que les es totalmente ajena. Como siempre, pagarán justos por pecadores.

Si su disconformidad e ira es provocada por las autoridades gubernamentales de EEUU, Israel, Gran Bretaña u otros, entonces ¿por qué atacar a inocentes? ¿Por qué dedicarse a intimidar al mundo entero con sus amenazas? En realidad éste es un conflicto de unos pocos, fundamentalistas de distintos credos religiosos. Sólo entre ellos lo podrán solucionar, puesto que ninguna de las partes tiene mayor respeto por la opinión del resto del mundo. Se trata de una competencia de orgullo y terquedad, y el conflicto da para más cuando las ideas radicales son transmitidas a las siguientes generaciones.

Si la no violencia ha dado buenos resultados antes, no hay razón para pensar que no pueda dar buenos resultados ahora. Es cuestión de ver cuál bando se atreve a dar ese trascendental primer paso de decir “no más”. Quien por un lado dice que es víctima pero por otro ataca violentamente no merece el respeto ni la consideración de nadie.

1 Comments:

Blogger analu said...

Es usted todo un periodista...

Je..

No en serio, muy bueno lo que escribió...

25/9/06  

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