onsdag, februari 01, 2006

¿Y si dejamos de repetir las mismas historias?

Básicamente con cada una de las personas con las que se mantenga un contacto regular se llega a desarrollar una rutina. De pronto las conversaciones tratan sobre los mismos temas, las mismas anécdotas a veces sin la más mínima variación, mismos comentarios, mismos chistes, mismas preguntas y por supuesto mismas respuestas. Sin embargo termina uno por acostumbrarse a dichas rutinas, además de que las disfruta quizá de la misma manera por más predecible que pueda resultar.

¿De dónde vendrá esa aparente necesidad humana de hacer lo mismo una y otra vez? Además de repetir lo mismo y de la misma manera, también tenemos los humanos el hábito de señalar lo obvio, verbalizar lo evidente a pesar de que en la práctica es algo totalmente irrelevante e innecesario. A todo eso, le agregamos los "comentarios de relleno" que hacemos a diario.

¿Cómo sería entonces la vida si evadiésemos repetirnos, señalar lo obvio, y las frases, cometarios e incluso conversaciones sin contenido real? ¿Qué nos quedaría? Me pregunto si habrá algún ser humano capaz de realizar tal proeza. Quizá nuestra existencia se asemeja al átomo, compuesto primordialmente de espacio vacío.

Salirse de la rutina es algo esporádico, cambiarla pierde su gracia relativamente rápido. Salirse constantemente de la rutina se torna en una rutina en sí. Sería interesante ponerse a calcular la cantidad de días, horas, minutos y segundos interesantes y no rutinarios en la vida de una persona promedio. Igualmente, calcular la cantidad de "espacio vacío". Me atrevería a decir que una vida ausente de rutina, repetición e irrelevancia es simplemente una utopía para la criaturas de hábitos que somos los humanos.

1 Comments:

Blogger analu said...

El otro día iba a dejarte un mensaje extensísimo aquí, pero terminé enredando tanto la idea que no se entendía.

El asunto iba por el lado de que, irremediablemente, cuando tratamos de hacer algo solo por cambiar, o solo por hacernos sentir, terminamos pasando de una rutina a otra sin darnos demasiada cuenta, o de un lado de la acera al otro ,es realmente poca la gente que logra con éxito quedarse en un término medio.

Es como los maesillos que uno vé en la calle, caminando orgullosos con sus camisetas negras con dibujos de cosas endemoniadas (jiji), o los maesillos punketos con los pantalones a media nalga... o las chics con sus medias de rayas y mini faldas de porristas.

Supongo que se habrán rebelado contra el reaggeton, o contra las baladas y la gente muy cursi que las escucha.. supongo que se habrán revelado contra una sociedad que tiene la manía de etiquetar de "malo, rebelde, irresponsable, drogadicto" y demás al que escucha cualquier manifestación de rock, y ellos quieren demostrar no sólo que escuchan rock sino que son buenas personas y no necesariamente caben en esa descripción; pero en la mayoría de casos, al final, terminan cometiendo el mismo error, etiquetando de cerrados, de tontos, de galanes, de ignorantes y de mil cosas a los que escuchan reggaeton o cumbia.

El punto es que somos parte de un mundo plural, pero de un mundo en el que inevitablemente terminamos formando parte de algo y de paso, terminamos teniendo una lucha eterna por trascender, por sobresalir, por llamar la atención, por sentirnos distintos, y al final, somos un animal de costumbres, y terminamos volviendo una costumbre todo...

No sé si me expliqué :S

Saludos.

8/2/06  

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