onsdag, november 02, 2005

Sobre las sequías creativas

Esta es quizá la tercer vez en la que la falta de inspiración y de ideas frescas resulta en sí una inspiración. Así como cada quién tendrá su forma de experimentar un racha creativa, igualmente tendrá cada uno su forma única de experimentar una sequía creativa.
Puede suceder que las ideas surjan en el momento preciso en el que uno se encuentra desarmado, nada más para que luego intente uno (usualmente en vano) resucitar dichos conceptos una vez que se tiene a mano las herramientas necesarias para trabajarlos. Una y otra vez desaparecen las ideas, vilmente asesinadas por los pensamientos mundanoe e irrelevantes, Podrá uno improvisar algo nuevo, engañándose quizá a sí mismo disimulando que la idea original nunca se escapó.

En otras ocasiones la asesina de la inspiración es la pereza, combinada con el hecho de volverse muy confiado en que la idea es tan grandiosa que el recordarla no será problema, incluso al día siguiente. Por supuesto al día siguiente quedará si acaso un medio esbozo que eventualmente se tornará inservible y quedará sepultado en los confines de la mente, junto con otros pensamientos que corrieron la misma suerte.

Sucede también, aunque no tan seguido, es hecho de que el flujo de ideas se vuelve tan intenso que se vuelve imposible poder enfocarse en tan sólo una entre tantas. Naturalmente se vuelve uno codicioso con la tormenta de ideas, tratando de conservar todo lo pensado durante el usualmente corto lapso. El sólo hecho de intentar verbalizar uno de esos pensamientos implicaría cortar de tajo momento de intensa actividad mental. Lo mejor que se puede hacer es sentarse con tranquilidad y resignarse a disfrutar esa agradable sensación de intensa y constante actividad.

A veces me pongo a pensar sobre la clsae de ideas y conceptos maravillosos que se han esfumado de las cabezas de los grandes artistas. ¡Cuántas partituras se le habrán muerto a Mozart por tener que enfocarse a obras destinadas a complacer a la caprichosa realeza que le proporcionaba su sustento! ¡Cuántos increíbles universos tuvieron tan solo una efímera existencia en la trastornada mente de Dalí! Increíble ha de ser esa música, esas obras de arte, esos libros que jamás llegaron a ser más que un destello de ingenio en las mentes más prodigiosas.

2 Comments:

Blogger analu said...

A mí me pasa que en el lapso en lo que apago las luces de mi cuarto y el tele, y en lo que consigo dormirme (tampoco es mucho tiempo) se me ocurren muchas ideas... que al día siguiente ya olvidé.

Hay quienes dicen que uno debería dormir con una libreta al lado para cuando se le vienen ideas... quizá en mi caso sería una buena idea.


Imagina cuantas cosas cool han quedado en mis sueños jajaja...

Fijo puras cosas irrelevantes :)


Saludos

3/11/05  
Blogger akxi said...

flujo de ideas se vuelve tan intenso que se vuelve imposible poder enfocarse en tan sólo una entre tantas. Naturalmente se vuelve uno codicioso con la tormenta de ideas, tratando de conservar todo lo pensado durante el usualmente corto lapso. El sólo hecho de intentar verbalizar uno de esos pensamientos implicaría cortar de tajo momento de intensa actividad mental

soy d esas...

:/

13/12/05  

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