A veces es mejor no preguntar

En estos días mi vecino ha estado buscando una computadora lo suficientemente eficiente como para manejar software para música bastante pesado. Uno de los anuncios más llamativos que vimos en un sitio en línea de anuncios clasificados y subastas fue el de una computadora con dos precesadores Xeon de 3 Ghz y varios discos duros, perfecta para producir música y básicamente correr cualquier aplicación, a un muy buen precio.

Entusiasmado mi vecino contactó al vendedor, quien de paso profundizó en las especificaciones de la máquina en cuestión. Incluso dentro del cómodo precio iba incluído el monitor LCD de 19". Nada mal, nada mal! Ya una vez con todos los detalles aclarados respecto a la computadora, mi vecino le preguntó por mera curiosidad por qué estaba vendiendo la computadora. Después de todo una máquina nueva con similares características puede costar hasta 3 veces más de lo que pedía este sujeto. Por supuesto ahora mi vecino se arrepiente de haber preguntado.

El vendedor no tuvo reparo en contar el porqué. Dijo que su adicción a internet y a la computadora simplemente le estaba arruinando la vida y que lo mejor era deshacerse de la computadora tan rápido como fuese posible. Hubiese sido pertinente dejar la aclaración ahí, sin embargo el caballero prosiguió contando con detalle buena parte de su desdicha. Al final, le dijo que si quería también se podía llevar gratis junto con la computadora la colección de 600 GB de pornografía! 600 GB! (sí, esa cifra me resultó espeluznante :S )

Si la compra se efectúa, probablemente el teclado y el mouse terminen en la basura. Creo que esos 600 GB explican buena parte de la arruinada vida del vendedor. Definitivamente a la próxima, mejor no preguntar.